1era foto: "¿De dónde habrán salido tantos monstruos? Yo mismo estoy descentrado, no soy el que soy, y, sin embargo, algo necesito hacer para tener conciencia de mi existencia, para afirmarla. Eso mismo, para afirmarla. Porque soy como un muerto… para todos soy la negación de la vida. Soy algo así como el no ser"
2da foto: "A pesar de todo es necesario injertar una alegría en la vida. No se puede vivir así no hay derecho. Por encima de toda nuestra miseria es necesario que flote un alegría, qué se yo, algo más hermoso que el feo rostro humano, que la horrible verdad humana… Hay algo más hermoso que la vileza de todos los hombres juntos, y es la alegría. Si yo estuviera alegre, la felicidad me absolvería de mi crimen. La alegría es lo esencial. Y también querer a alguien… Los dioses existen"
“Los siete dementes (LSD)”, así lleva por título la versión teatral libre de las novelas “Los siete locos” y “Los Lanzallamas” de Roberto Arlt, estrenada por la Comedia Cordobesa en el mes de mayo, y que asoma a nuestro campo teatral resignificando el contexto socio-histórico en que emergió el texto literario.
Los parlamentos teatrales resuenan y nos remiten a la crisis existencial de la Argentina de los años 30, cuando nuestro país “oteaba salidas a través de lo descabellado”, generando el clima propicio para el surgimiento del teatro independiente porteño, en su primera modernización con el legendario Teatro del Pueblo, bajo la dirección de Leonidas Barletta y la textualidad dramática de Roberto Arlt, y cuyos postulados tendían a la culturización y cambio mundial, preconizando la originalidad y negación del pasado y del teatro profesional de la época.
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